La
mayoría de los casos de dengue son asintomático; y cuando produce síntomas, se
caracterizan por una enfermedad vírica con fiebre de aparición brusca y con
temperaturas muy altas acompañada de los siguientes síntomas:
- Fuerte cefalea frontal.
- Importantes dolores musculo esqueléticos.
- Adenopatías
- Dolor retro ocular que se exacerba con los movimientos oculares.
- Faringe hiperémica, con síntomas de infección respiratoria de vías altas (similar a una gripe).
- Pérdida del sentido del gusto y del apetito.
- Erupción similar a la del sarampión en el pecho y en los miembros inferiores que no afecta a palmas ni plantas.
- Náuseas y vómitos.
Pueden
ocurrir leves hemorragias nasales, gingivales o metrorragias.
En
los casos más graves, el virus del dengue produce una enfermedad caracterizada
por las hemorragias (fiebre hemorrágica) o por un estado de choque, en los que,
además de los síntomas habituales del dengue pueden aparecer:
- Dolor de estómago intenso y continuo.
- Piel pálida, fría y sudorosa.
- Hemorragias graves y equimosis cutáneas.
- Vómitos frecuentes, con o sin sangre.
- Encefalopatía.
- Insomnio e inquietud.
- Llanto continuo.
- Sed exagerada (boca seca)
- Pulso rápido y débil.
- Respiración difícil.
- Desvanecimientos
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