jueves, 18 de agosto de 2016

Enfermedades Endémicas


En epidemiología, endemia es un término utilizado para hacer referencia a un proceso patológico que se mantiene de forma estacionaria en una población o zona geográfica determinada durante períodos de tiempo prolongados. Puede tratarse de enfermedades infecciosas o no infecciosas, ya que el vocablo puede usarse para diversos padecimientos o condiciones fisiológicas.1 La enfermedad se mantiene en una población de hospedantes de una región geográfica determinada a lo largo del tiempo (años) en un nivel estable, incluyendo variaciones estacionales.
Se llaman enfermedades endémicas a aquellas enfermedades infecciosas que afectan de forma permanente o en determinados períodos a una región.

Dos índices definen si una enfermedad se convierte en endémica. Por un lado, el índice de Prevalencia (que mide el número de personas afectadas por la enfermedad o que pueden ser afectadas). Por otro, el índice de Morbilidad (las que mueren o van a morir por la enfermedad). En el caso de que estos dos índices sean altos y la existencia de la enfermedad se prolongue en el tiempo, una enfermedad pasa a denominarse endémica. Por tanto, se puede entender por endémica una enfermedad que persiste durante un tiempo determinado en un lugar concreto y que afecta o puede afectar a un número importante de personas.

Las Enfermedades Endémicas

Las enfermedades endémicas son aquellas enfermedades infecciosas que afectan de forma permanente, o en determinados períodos a una región. Se entiende por endémica una enfermedad que persiste durante un tiempo determinado en un lugar concreto y que afecta o puede afectar a un número importante de personas.
Este espacio se presenta como un recurso didáctico donde se pueden consultar aquellas enfermedades más comunes en este campo, explicadas de manera muy sencilla y centrándose en los aspectos más prácticos para el usuario o paciente demandante.
El dengue, también llamada fiebre rompe huesos por sus características clínicas, es una enfermedad febril de comienzo súbito de origen vírico y trasmitida por el mosquito Aedes aegypti Este enlace abre en ventana nueva y con menor frecuencia por el Aedes albopictus Este enlace abre en ventana nueva o mosquito tigre Este enlace abre en ventana nueva. Es frecuente en zonas tropicales de la India, Sudeste Asiático, Centro y Sudamérica, Caribe y África central y occidental.

Es causada por cualquiera de cuatro virus estrechamente relacionados:
  • DEN-1
  • DEN-2
  • DEN-3
  • DEN-4

El dengue es endémico en algunas zonas de los trópicos y han aparecido epidemias en países tropicales y templados. Generalmente es una infección auto limitada e incluso asintomática, pero existen formas más graves como la fiebre hemorrágica del dengue o el síndrome del shock del dengue. Carece de tratamiento específico y de vacuna.
Los niños, los turistas y los viajeros suelen ser las personas más expuestas a la transmisión del dengue. Sin embargo, también están en peligro los adultos que viven en zonas endémicas. La s formas más graves de dengue se producen por fenómenos inmunológicos. Al contrario de lo que cabría suponer, una infección pasada no confiere protección para nuevas infecciones, ya que existen diferentes serotipos. De hecho, las segundas infecciones por dengue predisponen a las formas más graves de la enfermedad.

El grado de endemia de una enfermedad se clasifica según la intensidad de la transmisión

  • Hipoendémica: significa que la transmisión de la enfermedad es mínima y sus efectos no son importantes.
  • Mesoendémica: significa que la enfermedad se establece en comunidades pequeñas. La intensidad de la transmisión es variable, según las circunstancias locales.
  • Hiperendémica: significa que la intensidad de transmisión de la enfermedad en el área de referencia es persistente pero temporal. La inmunidad resulta insuficiente para prevenir los efectos de la enfermedad.
  • Holoendémica: significa que la enfermedad tiene un alto grado de intensidad. Su transmisión es perenne, con distribución geográfica amplia, como resultado de una respuesta inmune en los diferentes grupos etarios, en particular los adultos.
Por orden de importancia en cuanto al grado de extensión de una enfermedad o el número de personas afectadas se habla de endemia, epidemia y pandemia (esta última cuando afecta a más de un continente).

Son ejemplos de enfermedades endémicas la malaria en ciertos países tropicales o cálidos de América, Sudeste asiático y África, la enfermedad de Chagas, el dengue, la fiebre amarilla, y la tos ferina, entre otras.

¿Dónde se cría el mosquito del dengue?


En todo tipo de recipientes en los que se acumula accidental o deliberadamente el agua, tanto al sol como a la sombra. Entre sus criaderos favoritos se encuentran barriles, tambores, frascos, ollas, floreros, flores, tiestos, tanques, cisternas, botellas, latas de conserva, neumáticos, bandejas de refrigerador, estanques colectores, bloques de cemento, urnas funerarias, axilas de las hojas de las plantas, tocones de bambú, huecos de los árboles y otros muchos sitios en los que se acumula o deposita el agua de lluvia.

Clinica

La mayoría de los casos de dengue son asintomático; y cuando produce síntomas, se caracterizan por una enfermedad vírica con fiebre de aparición brusca y con temperaturas muy altas acompañada de los siguientes síntomas:
  • Fuerte cefalea frontal.
  • Importantes dolores musculo esqueléticos.
  • Adenopatías
  • Dolor retro ocular que se exacerba con los movimientos oculares.
  • Faringe hiperémica, con síntomas de infección respiratoria de vías altas (similar a una gripe).
  • Pérdida del sentido del gusto y del apetito.
  • Erupción similar a la del sarampión en el pecho y en los miembros inferiores que no afecta a palmas ni plantas.
  • Náuseas y vómitos.

Pueden ocurrir leves hemorragias nasales, gingivales o metrorragias.
En los casos más graves, el virus del dengue produce una enfermedad caracterizada por las hemorragias (fiebre hemorrágica) o por un estado de choque, en los que, además de los síntomas habituales del dengue pueden aparecer:
  • Dolor de estómago intenso y continuo.
  • Piel pálida, fría y sudorosa.
  • Hemorragias graves y equimosis cutáneas.
  • Vómitos frecuentes, con o sin sangre.
  • Encefalopatía.
  • Insomnio e inquietud.
  • Llanto continuo.
  • Sed exagerada (boca seca)
  • Pulso rápido y débil.
  • Respiración difícil.
  • Desvanecimientos

Tratamiento y Prevención


No hay medicamentos que lo curen ni ninguna vacuna que lo prevenga. En casos de dengue, tan solo se puede someter al enfermo a vigilancia para descartar complicaciones graves de la enfermedad, que si pueden ser paliadas mediante sueroterapia y transfusiones. Pueden utilizarse antipiréticos para la fiebre, pero evitando la aspirina y derivados para prevenir la posible aparición de fenómenos hemorrágicos y del síndrome de Reye. Algunos casos observacionales, no demostrados mediante estudios parecen indicar que podría ser útil la desmopresina en el shock. La única arma contra esta enfermedad es evitar el contagio. Se trata por lo tanto de un desafío socio económico importante, ya que la transmisión del dengue por su vector el mosquito aedes aegypti se ve favorecida por las condiciones higiénicas de la población. Se debe recurrir a dos medidas básicas que pueden aplicarse para evitar la propagación del dengue.


Diagnostico

Lo más importante para poder hacer un diagnóstico de dengue es la clínica del paciente, interrogarle sobre viajes a zonas endémicas y exposición a picaduras de insectos. También es fundamental descartar otras enfermedades tropicales, principalmente la malaria o paludismo.

Una prueba que se utiliza en ocasiones para evaluar a los pacientes con sospecha de dengue es la prueba del lazo o prueba del torniquete, que mide de manera indirecta la fragilidad de los pequeños vasos sanguíneos (capilares). Consiste en colocar en el antebrazo del paciente un torniquete o el manguito del tensiómetro a una presión media durante cinco minutos, si transcurrido este tiempo el paciente tiene más de 30 puntitos rojos (petequias) alrededor de la zona de presión se considera una prueba positiva y puede ayudar al médico a confirmar la sospecha de dengue.

Inicialmente se suele hacer un análisis de sangre llamado hemograma para ver los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. En los pacientes con dengue es característico ver una disminución de los glóbulos blancos (leucopenia) y de las plaquetas (trombopenia). También es importante determinar el hematocrito, que es el porcentaje del volumen de la sangre que está compuesta por glóbulos rojos. Si el hematocrito se eleva se llama hemoconcentración, que es un signo de deshidratación del paciente y de salida de líquidos de los vasos por aumento de permeabilidad de los capilares, lo que puede ser indicativo del inicio del dengue hemorrágico. En el análisis de sangre también se puede ver una elevación de las enzimas hepáticas conocidas como transaminasas y, especialmente en el dengue hemorrágico, una alteración en las pruebas de la coagulación de la sangre.

Entre el día 1 y 5 de la aparición de los síntomas, se pueden realizar dos tipos de pruebas para detectar el virus circulando por la sangre. En primer lugar, se puede diagnosticar el dengue mediante un test rápido que detecta antígenos del virus en la sangre. El resultado se tiene en menos de una hora. Sin embargo, esta prueba sólo suele estar disponible en centros especializados. También se puede detectar el material genético del virus, pero es una prueba cara y poco accesible en la práctica clínica habitual.


Habitualmente se realizan los llamados test de serología, que miden en el suero del paciente los anticuerpos dirigidos frente al virus del dengue. El resultado suele ser positivo tras los primeros 3-5 días del inicio de la fiebre. Se pueden realizar los anticuerpos del tipo IgM que se forman en la fase aguda de la infección, por lo que son muy útiles para el diagnóstico, y anticuerpos del tipo IgG, que se forman en la fase de convalecencia, y que pueden diagnosticar la enfermedad una vez pasada.

Prevención del Dengue

No existen vacunas profilácticas contra el virus del dengue y las personas que ya han tenido la infección pueden volver a contraer la enfermedad si son picados de nuevo por un zancudo portador del virus.

Las recomendaciones para no contraer la infección están dirigidas principalmente a evitar la picadura del mosquito, para lograr esto, en el caso de las personas que habitan de forma regular en áreas endémicas (regiones donde esta enfermedad es relativamente frecuente), deben procurar interrumpir el ciclo reproductivo del zancudo eliminando los lugares donde pone sus huevos, principalmente los reservorios o acúmulos de agua que puede haber en las casas o en los alrededores. Igualmente deberán cambiar frecuentemente el agua de los bebederos de animales y floreros, tapar los recipientes con agua, y colocar tela metálica en las ventanas y puertas.

Si una persona desea viajar a un lugar endémico están son algunas recomendaciones para prevenir un contagio de dengue:

Utilizar ropa que le proteja como pantalones largos y camisas de manga larga. Hay que evitar el uso de perfumes y de ropas de colores oscuros o chillones.
Se recomienda utilizar insecticidas repelentes en piel como el DEET (N,N-dietilmetatoluamida).
Emplear repelente en spray que contenga permetrina para la ropa, ya que los mosquitos pueden picar incluso a través de ésta.
Imprescindible el uso del mosquiteros, o pequeños toldillos, especialmente en las camas, sitios donde haya pacientes infectados y zonas donde duerman niños.

Por lo general, según la SEIMC, no hay riesgo de dengue en altitudes superiores a 1.500m.

Algunas Sugerencias Contra el Dengue


  • Celebrar reuniones del consejo municipal sobre el dengue para que decidan si éste plantea un problema importante en la comunidad.
  • Invitar a las autoridades sanitarias municipales a participar en las medidas adoptadas por la comunidad.
  • Sesiones de adiestramiento para voluntarios: proyección de películas, exposiciones y conferencias a cargo de los agentes de salud. Realizar encuestas para evaluar el problema planteado por los mosquitos.
  • Utilizar a los escolares como agentes visitadores y organizar enseñanzas sobre dónde vive el mosquito y cómo se le puede combatir.
  • Organizar encuestas domiciliarias y entrevistas individuales de información sobre el dengue y el mosquito vector.
  • Dar publicidad a las actividades.
  • Preparación para situaciones de emergencia: Las comunidades y municipios deben adoptar medidas de precaución contra los brotes epidémicos de dengue y FHD. Los planes de acción, formulados conjuntamente con las autoridades de salud nacionales, estatales y locales deben tratar de los siguientes puntos: adquisición de equipo para aplicar insecticidas, almacenamiento de los insecticidas, obtención de vehículos para las operaciones de rociamiento y otras medidas que consideren necesarias los dirigentes comunitarios y las autoridades de salud en caso de brote epidémico.
  • Campañas de recolección de residuos: Las medidas de recolección de basura ejercen un efecto de gran alcance no sólo en el mosquito del dengue sino también en las moscas, los roedores y las cucarachas.
  • Invitar a las autoridades municipales a participar y a facilitar vehículos y personal.
  • Celebrar una reunión comunitaria para declarar un día de la limpieza y explicar su finalidad.
  • Anunciar dicho día por la radio y mediante carteles.
  • Estimular la participación de los escolares.
  • Tratar de que participe otros grupos comunitarios.
  • Campañas escolares: Las escuelas son un elemento para promover la salud y la erradicación del dengue en la comunidad. Los alumnos pueden participar en las actividades de limpieza y en las campañas de información, transmitiendo directamente el mensaje a sus padres y vecinos. Con este fin, pueden empezar por limpiar los locales de la escuela y hacer luego lo mismo en sus propias casas.

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