Lo
más importante para poder hacer un diagnóstico de dengue es la clínica del
paciente, interrogarle sobre viajes a zonas endémicas y exposición a picaduras
de insectos. También es fundamental descartar otras enfermedades tropicales,
principalmente la malaria o paludismo.
Una
prueba que se utiliza en ocasiones para evaluar a los pacientes con sospecha de
dengue es la prueba del lazo o prueba del torniquete, que mide de manera
indirecta la fragilidad de los pequeños vasos sanguíneos (capilares). Consiste
en colocar en el antebrazo del paciente un torniquete o el manguito del
tensiómetro a una presión media durante cinco minutos, si transcurrido este tiempo
el paciente tiene más de 30 puntitos rojos (petequias) alrededor de la zona de
presión se considera una prueba positiva y puede ayudar al médico a confirmar
la sospecha de dengue.
Inicialmente
se suele hacer un análisis de sangre llamado hemograma para ver los glóbulos
blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas. En los pacientes con dengue es
característico ver una disminución de los glóbulos blancos (leucopenia) y de
las plaquetas (trombopenia). También es importante determinar el hematocrito,
que es el porcentaje del volumen de la sangre que está compuesta por glóbulos
rojos. Si el hematocrito se eleva se llama hemoconcentración, que es un signo
de deshidratación del paciente y de salida de líquidos de los vasos por aumento
de permeabilidad de los capilares, lo que puede ser indicativo del inicio del
dengue hemorrágico. En el análisis de sangre también se puede ver una elevación
de las enzimas hepáticas conocidas como transaminasas y, especialmente en el
dengue hemorrágico, una alteración en las pruebas de la coagulación de la
sangre.
Entre
el día 1 y 5 de la aparición de los síntomas, se pueden realizar dos tipos de
pruebas para detectar el virus circulando por la sangre. En primer lugar, se
puede diagnosticar el dengue mediante un test rápido que detecta antígenos del
virus en la sangre. El resultado se tiene en menos de una hora. Sin embargo,
esta prueba sólo suele estar disponible en centros especializados. También se
puede detectar el material genético del virus, pero es una prueba cara y poco
accesible en la práctica clínica habitual.
Habitualmente
se realizan los llamados test de serología, que miden en el suero del paciente
los anticuerpos dirigidos frente al virus del dengue. El resultado suele ser
positivo tras los primeros 3-5 días del inicio de la fiebre. Se pueden realizar
los anticuerpos del tipo IgM que se forman en la fase aguda de la infección,
por lo que son muy útiles para el diagnóstico, y anticuerpos del tipo IgG, que
se forman en la fase de convalecencia, y que pueden diagnosticar la enfermedad
una vez pasada.